Entre la magia y la verdad: las huellas de Papá Noel y lo que sembramos con ellas
Hay algo en la Navidad que nos toca el alma y nos atraviesa a muchas.
El olor a canela, las luces que parpadean, la emoción en los ojos de los niños… y, también, ese pellizco en el estómago cuando nos preguntamos ¿hasta qué punto estamos alimentando un engaño bonito con las historias de Papá Noel?
Cada diciembre, mientras preparo mis productos navideños, me debato entre la ternura y la contradicción.
Por un lado, adoro ver cómo la ilusión prende en los peques con una simple puerta o unas huellas de Papá Noel en el suelo.
Por otro, pienso en lo rápido que crecen y en el día en que descubrirán que esa magia era, en parte, una historia inventada por nosotros.

Pero quizá ahí reside su encanto.
La magia no está en la verdad o la mentira, sino en la intención y en cómo se desvela esa magia.
En el deseo de crear emoción, de tejer recuerdos, de hacerles sentir que el mundo aún guarda un poco de misterio y dentro de lo que pueda caber, hacerlo desde el respeto.
Y si estas huellas de Papá Noel —hechas con harina, talco o polvo de hadas— consiguen arrancar una sonrisa o mantener viva la ilusión un poquito más, entonces merecen la pena.

No son un engaño. Son una metáfora.
Pretenden ser un símbolo de amor, un gesto poético que convierte lo cotidiano en recuerdo.
Así que, sí: estas huellas de Papá Noel están hechas de cartón, pero llevan dentro algo más invisible.
Llevan la intención de quienes creemos que la imaginación también deja marca.
Si quieres crear ese momento en casa, puedes encontrar las huellas en la tienda online, listas para ser espolvoreadas con harina, amor y un toque de complicidad navideña.
Crea magia esta Navidad con productos que cuentan historias.
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Un abrazo al alma,
Raquel
Pd.- Además de usarlas para sorprender a los peques en casa, las huellas de Papá Noel son un recurso decorativo precioso para crear fotografías navideñas únicas o ambientar espacios comerciales como tiendas, escaparates o cafeterías. Una forma sencilla y sostenible de llenar de magia cualquier rincón —o de dar ese toque especial a tus sesiones de fotos.

